domingo, febrero 18, 2007

Decepciones

O soy insoportable y por eso la gente me rehuye
O tengo mala suerte con las personas que conozco
O de buena, tonta.

Y acaso importa la causa si el resultado es el mismo. Es la soledad, la decepción, la rabia, es el dolor por el rechazo.

Esta semana volvía a recibir un nuevo golpe de alguien a quién yo considera un amigo. Uno menos. Y los números de teléfono bajan.

Me he acostumbrado al simple rechazo, a esa persona que no te devuelve un hola, a ese compañero de clase que no te deja los apuntes, o a esas conocidas que jamás te llaman cuando hay una fiesta o un viaje. Me he acostumbradao a ser la que escucha los males, pero con la que no se quieren pasar los buenos momentos.

Pero NO. No me ha acostumbrado a una puñalada de un amigo. Y espero nunca hacerlo. ¿Cómo perdonar una traición sin justificación? sobre todo cuando él no ha perdido nada con su error y yo demasiado...

martes, febrero 06, 2007

¿Quiere ser millonario?

¿Cómo se llama a la sensación mental de que el pene se encoje hasta desaparecer?
a. Sindrome de Koro
b. Síndrome de Charles
c. Síndrome de Frigoli
d. Síndorme de Cotard

Dejar las respuestas. Mañana la solución.

SÍNDROME DE KORO.
Síndrome en el que el paciente tiene la convicción de que su pene (elemento yin, vital) se va encogiendo hasta desaparecer dentro de su abdomen, lo que se acompaña de una enorme angustia y del temor a que el proceso de retracción culmine en la muerte. Existen formas femeninas en las que los pezones son los órganos que se achican hasta ser desaparecer en el interior del cuerpo. E incluso se han descrito formas “koriformes” en los que el órgano que se retrae es la lengua. Se considera que el koro es un trastorno psicógeno ligado a factores cultura­les, puesto que es endémico en zonas del sudeste asiático en las que está firmemente arraigada la creencia taoísta en la actividad de los humores Yin y Yan en los seres hu­manos.

domingo, febrero 04, 2007

Olvidados

Queridísima Pilar:
Por fin llegó la hora fatal en que se va a cumplir una sentencia dictada por la incomprensión. Te escribo unas horas antes de dejar de existir, no para pedirte mis últimos deseos referentes a nuestros queridísimos hijos, ni para recordarte tantas y tantas ilusiones como quedan truncadas con mi muerte; te escribo para que sepas que en estos fatales momentos, mis recuerdos van hacia vosotros, seres tan queridos a quienes no besaré más, a quienes no veré jamás. Estoy con ánimos. Nunca se miró a la muerte con tanta valentía como cuando se la tiene tan cerca".

AÚN HOY SON MUCHOS LOS OLVIDADOS DE NUESTRA GUERRA CIVIL
AÚN HOY EL MIEDO SIGUE Y POR TANTO EL SILENCIO.

"Prefirió que sus hijos supieran lo menos posible para que no dijeran nada en el pueblo y no se metieran en líos. Por eso mi madre apenas sabe nada de su padre. A mi abuela le costaba mucho hablar de ello, tenía el caparazón muy gordo y mucho miedo todavía”

LO QUE NO ENTIENDO ES COMO AÚN SOBREVIVE LA INCOMPRENSIÓN.
Una vez escuche una pregunta, "¿para que sirve desenterrar a los muertos? son cosas de la guerra". Hay cosas que independientemente del bando sobreviven a cualquier guerra, el amor de una esposa por su marido, de una hija por su padre, de una hermana por su hermano.

"Tenía poco más de dos años cuando mi madre fue a llevarle a mi padre una tortilla a la cárcel y le dijeron que lo habían matado. Averiguar dónde está mi padre ha sido la alegría de mi vida"

Reportaje: “Queridos padres: una vez en capilla para ser ejecutado...” Natalia Junquera El País 03/02/2007